El café turco, que se ha ganado una reputación por su sabor distintivo, se distingue de otros cafés por su proceso de preparación. Generalmente, después de preparar el café, la pulpa se filtra y se consume, mientras que este café se vierte directamente en tazas pequeñas y se bebe después de cocinarlo. El café turco cocinado a fuego lento es indispensable para las conversaciones que se pueden consumir en cualquier momento del día. Además de ser el tipo de café molido más antiguo del mundo, el método de cocción más antiguo también pertenece a este café.

Producción de café turco

El café se elabora a partir de semillas de frutos amarillos, verdes y rojos que se cosechan antes de que alcancen la madurez completa. Las cáscaras de los granos de café recolectados se pelan y se lavan. Después de eso, se deja secar antes de usarlo para hacer café crudo. El sabor y el perfume del grano de café son tenues mientras está verde. El calor del tostado de los granos induce una reacción química en el café. Los granos de café turcos pierden su agua y se caramelizan con azúcar. Su sabor y su perfume se vuelven más ricos a medida que cambia la acidez. Hay muchas empresas en Turquía que producen en la etapa de tostado. El número de exportadores de café está aumentando y se están abriendo al mundo.